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Al final del Super Bowl XLIX, la impotencia invadió a los Halcones Marinos de Seattle y el equipo defensivo se fue a los golpes contra los integrantes de los Patriotas de Nueva Inglaterra.
En una de las últimas jugadas, cuando el marcador ya se encontraba 28-24 (resultado final), los pupilos de Pete Carroll invadieron la zona de los Pats y comenzaron los puñetazos y empujones.
Un golpe contra Rob Gronkowski comenzó una batalla campal entre Halcones Marinos y Patriotas.