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Entre gases y balas de goma arranca el #Mundial2014

La tensión social amenaza con arrojar sombra sobre el Mundial.

AFP AFP

SAO PAULO. La mayor fiesta del fútbol planetario arranca este jueves en Brasil, el país del “futebol”, en medio de protestas antiMundial que en Sao Paulo fueron dispersadas con gases y balas de goma por la policía.

A las 17h00 (20h00 GMT) de este día de sol y cielo azul, Brasil y Croacia darán inicio a un mes del mejor fútbol del mundo al enfrentarse en el estadio Arena Corinthians de Sao Paulo.

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La Seleçao carga el peso de iniciar el camino hacia la sexta corona, la primera en casa, y sin opciones: lo único que vale es levantar la Copa en Maracaná el 13 de julio.

El flamante estadio, símbolo de los atrasos en las obras del Mundial, estará lleno a rebosar: 61.600 personas y 12 jefes de Estado asistirán a la ceremonia inaugural con 660 artistas y Jennifer Lopez, así como al primer juego de la Copa, mientras unos mil millones de personas estarán prendidas a la televisión.

Pero la tensión social amenaza con arrojar sombra sobre el Mundial. A solo 10 km del estadio, la policía lanzó este jueves gases lacrimógenos, balas de goma y bombas de estruendo para dispersar a decenas de manifestantes antiCopa, constató un periodista de la AFP.

Un centenar de manifestantes, muchos del colectivo anarquista Black Bloc, vestidos de negro y con el rostro cubierto, rompieron carteles de señalización, semáforos y montaron barricadas en llamas en una céntrica avenida.

Lanzaron botellas de cerveza y piedras contra la policía, que los dispersó con gases lacrimógenos, balas de goma y bombas de estruendo.

Cinco periodistas resultaron heridos en esa manifestación y otra más pequeña que tuvo lugar cerca de allí más temprano, según el portal de noticias G1 de Globo: dos de CNN, uno de la agencia AP, uno de la televisión francesa y uno de la televisión brasileña SBT.

“El objetivo es poner fin a la Copa del Mundo. Nos damos cuenta de que no lo conseguiremos pero creemos que los brasileños deben participar en una revuelta”, dijo a la AFP Gregory Leao, un estudiante de 27 años que participó en la protesta.

“Los brasileños aman el fútbol pero no precisan esto ahora”, añadió.

En un mensaje a las 32 selecciones nacionales que disputan la Copa, el papa Francisco, un apasionado del fútbol, dijo tener esperanza en que “además de la fiesta del deporte esta Copa del Mundo se transforme en una fiesta de la solidaridad entre los pueblos”.

– Un Mundial agridulce –

La organización de la Copa representa un enorme desafío para Brasil, que al adjudicarse el Mundial-2014 hace siete años pretendía asentar su estatus de potencia emergente y al mismo tiempo espantar de una vez por todas el fantasma del Maracanazo, cuando en 1950 sufrió la inédita derrota ante Uruguay en la final.

Pero los atrasos crónicos en las obras, los sobrecostos y promesas incumplidas de infraestructura de transporte han transformado el Mundial en un plato agridulce para los brasileños, que aman este deporte y lo elevaron a la categoría de arte pero deberán pagar una factura de 11.000 millones de dólares.

Manifestaciones en nueve de las 12 ciudades sede del Mundial fueron convocadas para este jueves, pero ninguna tuvo gran afluencia de participantes.

En Rio de Janeiro, unas 500 manifestantes marcharon en el centro al grito de “¡FIFA go home!” y finalmente fueron dispersados con bombas de estruendo y gas pimienta por la policía. Al menos cuatro fueron arrestados, según G1.

Otra protesta está prevista esta tarde en la playa de Copacabana, donde se celebra la ‘fan fest’.

– Hasta los perros de ‘verdeamarelo’ –

En una decisión que hizo respirar de alivio a las autoridades, los trabajadores del metro de Sao Paulo resolvieron no reanudar una huelga que por cinco días paralizó un servicio esencial para llegar al estadio mundialista, y que moviliza a 4,5 millones de personas diariamente.

En Rio, no obstante, los trabajadores en tierra de los aeropuertos declararon este jueves una huelga parcial de 24 horas, pese a los miles de turistas que están llegando a la ciudad para asistir a la Copa. Decenas de personas perdieron sus vuelos.

En Natal, una de las 12 sedes del Mundial, los chóferes de autobuses -único medio de transporte público de la ciudad- también entraron en huelga.

Las huelgas y protestas reviven el fantasma de la revuelta social de junio de 2013, durante la Copa Confederaciones, cuando más de un millón de brasileños salieron espontáneamente a las calles a mostrar su indignación por el gasto público del Mundial y a pedir que ese dinero fuera invertido para mejorar los servicios públicos.

En señal de tregua, muchos brasileños han vestido este jueves con orgullo los colores de su bandera, inclusive la presidenta Dilma Rousseff, que antes de viajar a Sao Paulo para el partido recibió en Brasilia a su colega chilena Michelle Bachelet con un blazer verde.

Han decorado calles, comercios, sus coches y bicicletas. Hay jóvenes con flores verdes y amarillas en sus cabellos, perritos vestidos con una mini camiseta de Neymar, trabajadores con la camiseta del Fluminense o el Flamengo fundido con los colores de la Seleçao, ancianas con las uñas perfectamente pintadas de ‘verdeamarelo’. AFP

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