Foto: EFE
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El duelo entre los pilotos de Mercedes, el alemán Nico Rosberg y el británico Lewis Hamilton, continuó ayer en Mónaco, donde el germano se impuso a su compañero de equipo, segundo; al australiano Daniel Ricciardo (Red Bull), tercero; y al español Fernando Alonso (Ferrari), cuarto.
En Mónaco, eso sí, hubo una pequeña variación: Rosberg, quien partía con la pole, ganó, como en Australia, mientras que Hamilton, quien venía de encadenar cuatro triunfos, le miraba desde el segundo escalón del podio.
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“Lewis ha pilotado muy bien y me ha metido presión de principio a fin”, afirmó Rosberg, intentando reducir la tensión surgida de la rivalidad creciente entre él y su compañero y amigo.
Hamilton dijo lo menos posible durante la conferencia de prensa, porque todavía no había digerido bien el final de la clasificación del sábado, en la que hubo polémica sobre si el accidente de Rosberg al final de la cronometrada fue fortuito o intencionado, pero le impidió al británico mejorar su tiempo anterior y asaltar la pole.
Esta victoria le permite a Rosberg recuperar la cabeza del campeonato de pilotos, por delante de Hamilton, quien perdió tiempo al final de la carrera al sufrir problemas en el ojo izquierdo. El campeón del mundo, Sebastian Vettel (Red Bull), tuvo que retirarse antes de tiempo por un problema en su motor, lo que agrava su irregular inicio de temporada.
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Agencias