El gusto por la literatura fantástica de J.R.R Tolkien puede ir más allá de leer la saga, vestirse como los personajes o hacer estudios sobre el impacto en la sociedad.
Algunos prefieren tatuarse el cuerpo y llevar fragmentos de las obras de este autor, que se hizo famoso por “El Hobbit” y “El Señor de los Anillos”.
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