El conflicto armado en Guatemala afectó de manera profunda a muchos guatemaltecos al mismo tiempo que pasó inadvertido para una importante parte de la población.
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En el caso de Alejandro Biguria, dejó una huella profunda en su familia que con los años ha trabajado por sanar y quizás por ello es que gran parte de los viajes familiares desde que tiene memoria eran a visitar y apoyar a comunidades rurales en distintas partes del país.
Sin darse cuenta, aquellos viajes al interior, contrastados por sus años de estudiante, le abrieron los ojos a la compleja diversidad de Guatemala y despertaron en él una insaciable curiosidad por conocer otras culturas, viajar y aprender.
Carnegie Mellon y la Universidad de Boston le mostraron un sistema que, a pesar de ser muy admirado, se desmoronó en su mente al mismo tiempo que las Torres Gemelas caían aquel 11 de septiembre. Fue en ese momento, inmerso en la banca de inversión, que descubrió el llamado de un propósito más grande y altruista.
Regresó a Guatemala a dedicar buena parte de su tiempo al servicio de Guatemala, aprendió que el futuro depende de la colaboración y es así como, junto a otros guatemaltecos, crearon la iniciativa 2012 Despertemos Guatemala y Tengo Algo Que Dar.
“Aprender a unir esfuerzos y apuntar hacia el mismo objetivo suena sensato y simple, pero en verdad es el reto más grande que tenemos los guatemaltecos y este es nuestro principal objetivo dentro de la organización. En esta nueva etapa de mi vida, los retornos son menores en términos monetarios pero inmensos en satisfacción e inspiración”, dice Biguria. Publinews