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La sucesión testamentaria de la última diva del cine de oro mexicano, Silvia Pinal, se encuentra en un punto muerto. Los conflictos entre sus herederos directos han escalado a tal nivel que María Elena Galindo, designada como albacea, ha decidido renunciar a su cargo.
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Galindo manifestó su imposibilidad para continuar con el proceso debido a la falta de consenso entre los familiares, una situación que ha impedido cualquier avance en la ejecución del testamento.
En medio de esta disputa familiar, han surgido informes contradictorios sobre el patrimonio de la actriz. Mientras algunas versiones periodísticas aseguraban que Pinal había fallecido sin liquidez en sus cuentas bancarias, la periodista de espectáculos Pati Chapoy ha desmentido dicha información. Según lo revelado en su programa “Ventaneando”, la fortuna ascendería a 200 millones de pesos.
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La información filtrada detalla que, de ese total, a cada uno de sus tres hijos les corresponderían 36 millones de pesos, sumando 108 millones. Sin embargo, la falta de acuerdo ha frenado la distribución no solo del dinero, sino también de otras propiedades y bienes.
La renuncia de Galindo añade una capa más de complejidad al asunto, dejando en el aire quién tomará la responsabilidad de administrar y repartir el legado de una de las figuras más importantes del espectáculo en México. La incertidumbre sobre el futuro de la herencia Pinal continúa.