Streaming. Netflix vuelve a la polémica con la segunda temporada de Monstruos, esta vez, con la historia de la familia Menéndez.
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Fue un circo. Para 1993 cuando empezó el juicio, las cadenas de televisión y noticieros sensacionalistas podridos como Inside Edition y Hard Copy, condenaban ante la opinión pública a los hermanos.
Ahora, el rey del streaming se atreve a escuchar, producir, filmar y mostrar al mundo, lo sucedido a Erik y Lyle Menéndez.
Crónica de los monstruos
Poco a poco nos adentramos en la vida de los hermanos luego que ambos deciden cometer parricidio. Como premio, Erik (Cooper Koch) y Lyle (Nicholas Chavez) se dan una vida de lujos como un premio por los asesinatos. Con la lectura del testamento, heredan los bienes de su padre José Menéndez (Javier Bardem) y en apariencia quedan a salvo de cualquier señalamiento o persecución penal.
Sin embargo, no existe el crimen perfecto y Lyle decide ir a su psicólogo para contarle cómo sucedieron los asesinatos y a partir de ahí, es solo cuestión de tiempo para que sean capturados.
A los hermanos se les enjuició por separado. Sin embargo, los jurados no pudieron condenarlos luego de escuchar los testimonios de abuso sexual que ambos sufrieron por parte del padre José Menéndez. Sin embargo, el sistema de justicia se las ingenió y luego que un juez excluyera la evidencia de abuso sexual fueron condenados a cadena perpetua por asesinato.
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¿Humanizar al asesino?
La serie ha recibido críticas y ataques propios de los tiempos de cancelación y redes sociales en donde se acusa a productores de darle protagonismo a los asesinos y humanizarlos. Mismo caso con la historia de Jeffrey Dahmer (2022) y Bebé Reno (2024). Sin embargo, la serie muestra con lujo de detalles la debacle de la educación familiar, el sistema judicial y policial y la industria del morbo informativo en EE. UU., que se acentuó a finales de la década de los 90 con el caso Clinton.
Si piensas que Netflix da espacio a asesinos para victimizarse con el fin de atraer audiencia y que hoy el streaming es lo más bajo que ha caído la televisión, o si te ofendiste con la fotografía promocional de la serie, probablemente no hemos aprendido nada como sociedad o hemos hecho las preguntas incorrectas del por qué surge esta violencia familiar y cómo resolverla. Recomendable.
Con información de Allan Martínez
