Emma Stone ganó la estatuilla a Mejor Actriz por su papel en la cinta Poor Things, pero cuando se dirigía a dar su discurso le ocurrió un percance que enfrentó con profesionalismo y autenticidad.
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Emma Stone, reconocida por su versatilidad y carisma en la pantalla grande, vivió un inesperado suceso durante la presentación de los Oscar. La joven nunca se imaginó lo que iba a suceder, pero lo manejó con tanta gracia y sinceridad que el público quedó enamorada de ella.
Mientras subía al escenario, se encontró sosteniendo la parte trasera de su vestido peplum de Louis Vuitton. La razón una cremallera rota en un momento tan crucial.
“No miren mi vestido, está roto”, dijo a los asistentes Stone entre lágrimas, revelando la vulnerabilidad detrás de su imagen de estrella.
A pesar del pequeño percance, su capacidad para mantenerse centrada y proceder con su discurso demostró su profesionalismo y autenticidad.
La actriz de 35 años, conocida por roles icónicos como en Cruella, no solo abordó este desafío con humor y gracia, sino que también aprovechó el momento para compartir reflexiones personales profundamente conmovedoras.
Agradeció a su familia, a sus padres, hermanos, esposos y especialmente a su hija, Louise Jean McCary, que está a punto de cumplir tres años.
Aseguró que el nacimiento de su hija había transformado su mundo en “tecnicolor”: “Te amo más que todo el cielo”, concluyó Stone, sellando un discurso que será recordado no solo por su emotividad sino también por la fuerza y la calidez con la que enfrentó un momento de potencial incomodidad.
