Además de su fama por ser uno de los actores más completos y virtuosos en los últimos años, Russell Crowe se caracteriza por ser uno de los artistas que prefieren no contar con un doble y toman la determinación de realizar ellos mismos sus escenas de riesgos, muchas veces sin importar o medir cuáles sean las posibles consecuencias.
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Cuando cría que había salido ileso de todas sus participaciones, en el 2020 sufrió una doble lesión de las cuales se enteró 10 años después en sus estancia en los difíciles sets de grabaciones de la película medieval, “Robin Hood”, así lo mencionó el pasado sábado 17 de febrero en una entrevista con la revista estadounidense, People.
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Causas de las lesiones
El ganador del Oscar en el 2000 al mejor actor por su imponente interpretación en “Gladiador”, explicó al medio citado cómo se originaron las dos fracturas.
“Salté del rastrillo de un castillo a un terreno irregular y duro como una roca. Deberíamos haber preparado el terreno y enterrado una plataforma, pero teníamos prisa por hacer la toma con la luz cada vez más tenue. Tomé consciencia de la precaria situación justo antes de saltar. Había cientos de extras alrededor, flechas volando y cacharros incendiando el castillo. No tenía forma de volver atrás”.
Al aterrizar de la caída el australiano sintió que sus talones golpeaban primero el suelo irregular. “Fue como una descarga eléctrica que recorrió mi cuerpo. Estábamos filmando una película importante, así que aunque me costara, tenía que seguir”.
10 años después, Crowe comenzó a sentir dolores en la parte inferior de sus piernas y cuando la sensación se volvió una constante, decidió acudir a un médico. El doctor que lo atendió al ver los resultados de la resonancia magnética y de la radiografía, determinó que años atrás se rompió las piernas.
“Al ver mi cara de sorpresa y mi falta de reacción ante mi duda, el médico me dijo: ‘¿Habrá sido hace, quizás, 10 años?’. Al parecer terminé esa película con las dos piernas rotas, sin yeso, sin férulas, sin analgésicos, simplemente seguimos trabajando y, con el tiempo, se curaron solas”.
