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El mundo del fútbol se encuentra en vilo tras la expulsión de Cristiano Ronaldo durante el encuentro de las Eliminatorias de la UEFA para el Mundial 2026 entre Portugal y la República de Irlanda, disputado el pasado jueves 1 en Dublín. El delantero portugués, que recibió la tarjeta roja directa por un codazo sobre el defensor irlandés Dara O’Shea, no solo dejó a su selección con diez hombres, sino que ahora se expone a una dura sanción que podría afectar su participación en la próxima Copa del Mundo.
La acción controvertida se produjo alrededor del minuto 58 del partido, cuando Ronaldo propinó el golpe a su rival en una jugada sin balón de por medio. Inicialmente, el árbitro sueco Glenn Nyberg mostró la tarjeta amarilla, pero tras la revisión del VAR, rectificó su decisión y le mostró la tarjeta roja directa, la primera de su carrera internacional con la selección portuguesa, sumando un total de 13 en su trayectoria profesional (doce con clubes).
La preocupación principal radica en el Código Disciplinario de la FIFA. Según lo establecido, acciones catalogadas como “agresión” o “conducta violenta”, que incluyen codazos o puñetazos, conllevan una sanción mínima de tres partidos. En el caso de ser considerado como “juego brusco grave”, el castigo sería de al menos dos encuentros. Dado que a Portugal solo le resta un partido en la fase clasificatoria (contra Armenia), cualquier suspensión no cumplida se trasladaría directamente al torneo internacional.
Si la FIFA impone una sanción de dos o tres partidos, Cristiano Ronaldo se perdería el último encuentro de las Eliminatorias y, en caso de que Portugal asegure su clasificación directa, el resto de la suspensión se haría efectiva durante los primeros partidos del Mundial 2026.