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La tensión entre el Real Madrid y la revista France Football, organizadora del Balón de Oro, ha alcanzado un nuevo punto álgido. Fuentes cercanas al club han confirmado que, por segundo año consecutivo, ninguna representación oficial de la entidad madrileña asistirá a la gala de premiación, considerada la más importante del fútbol a nivel individual.
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Esta decisión se presenta como un boicot en toda regla, repitiendo la postura adoptada en la edición anterior. En aquella ocasión, el club decidió bajarse a última hora del viaje a París al trascender que su estrella, Vinícius Júnior, no sería el ganador, un gesto que fue interpretado como una muestra de disconformidad y respaldo a su jugador. Ahora, la historia se repite, consolidando una fractura que parece lejos de cerrarse.
A esta decisión institucional se suman las declaraciones de una de sus máximas figuras Mbappé, quien tras un reciente partido de la Liga de Campeones, restó importancia al galardón individual, afirmando que su enfoque está en los títulos colectivos. Aunque no confirmó explícitamente su ausencia, sus palabras se alinean perfectamente con la postura del club, priorizando los logros del equipo sobre el reconocimiento personal.
La ausencia del club más laureado de Europa en un evento de esta magnitud envía un mensaje contundente y genera un debate sobre la relación entre los grandes clubes y los organismos que otorgan estos prestigiosos premios.