Lee también: Luis Fernando Tena: “Ni Panamá puede confiarse en qué va a calificar tranquilamente”
Buenos Aires se prepara para una noche cargada de emociones encontradas. Lionel Messi, el capitán y máximo ícono de la Selección Argentina, jugará su último partido oficial en casa por las eliminatorias hacia el Mundial del 2026. El encuentro contra Venezuela no solo es crucial para las aspiraciones del equipo, sino que marca el adiós de una era para los aficionados que lo vieron crecer y consagrarse en los estadios del país.
PUBLICIDAD
La expectativa ha alcanzado niveles sin precedentes, reflejada en la reciente conferencia de prensa del director técnico, Lionel Scaloni. Visiblemente conmovido, el estratega no pudo contener las lágrimas al ser consultado sobre la partida de su capitán. La nostalgia se apoderó de la sala cuando un periodista, con la voz entrecortada, también lloró al expresar la tristeza que embarga a muchos. “Me diste la alegría más grande de mi vida”, expresó el comunicador, resumiendo el sentir de una nación.
Messi, quien vistió por primera vez la camiseta albiceleste en suelo argentino en un amistoso de la sub-20 en junio de 2004, ha forjado una historia de leyenda. Desde entonces, ha disputado un total de 193 partidos con la selección mayor, convirtiéndose en el jugador con más presencias. Su inigualable talento se traduce en una cifra récord de 112 goles, consolidándolo como el máximo artillero histórico del combinado nacional.
El partido de esta noche no es solo un encuentro de eliminatorias; es el cierre de un capítulo dorado para el fútbol argentino. La afición que coreó su nombre desde sus inicios hasta la gloria de la Copa del Mundo, se alista para darle una despedida a la altura de su leyenda, esperando que este último tango en casa sea tan memorable como toda su carrera.