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El F.C. Barcelona enfrenta un serio contratiempo logístico para su próximo partido de LaLiga contra el Valencia.
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El retraso en las obras de remodelación del Spotify Camp Nou ha dejado al club sin su principal recinto disponible, generando una carrera contra el tiempo para encontrar una solución viable antes de la fecha del encuentro, pactada para el 13 o 14 de septiembre.
La situación se complica debido a compromisos previos en las sedes alternativas. La opción de utilizar el Estadi Olímpic, su casa durante la última temporada, choca con la programación de un concierto del artista Post Malone para el 12 de septiembre, lo que dificulta enormemente la preparación del campo para un partido de fútbol de primer nivel.
Ante este panorama, la directiva azulgrana analiza un abanico de posibilidades. La primera opción que se contempla es jugar en el estadio del Girona, Montilivi, aprovechando la cercanía y las condiciones del campo. Una segunda alternativa, aunque más costosa, sería negociar una indemnización con los organizadores del concierto para liberar el Estadi Olímpic. Como último recurso, y en una medida que se considera excepcional, se ha planteado la posibilidad de invertir el orden del partido y jugar como visitante en el estadio de Mestalla.
La directiva ha descartado por completo la idea de disputar el partido a puerta cerrada, ya que desean que el regreso oficial del equipo a su estadio sea una celebración con su afición.
Mientras tanto, la incertidumbre crece entre los seguidores y el club trabaja para resolver un problema que va más allá de lo deportivo.