La selección de Guatemala vivió un día negro en su partido de clasificación a la fase final del Mundial de 2026 contra Jamaica. En un partido que parecía más propio de un equipo amateur que de un representativo nacional, nuestros jugadores se enfrentaron a Jamaica con una falta de profesionalismo y dedicación que dejó al aficionado guatemalteco con la boca abierta y el corazón destrozado.
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Un desastre sin precedentes
El partido, que se jugó en el Independence Park en Kingston, Jamaica, fue un verdadero espectáculo de incompetencia y falta de preparación. Los jugadores guatemaltecos parecían estar jugando un partido de futbol sala en un parque y no un torneo internacional de alto nivel. La falta de coordinación, la lentitud en las jugadas y la ausencia de estrategia fueron evidentes en cada minuto del partido.

Un equipo sin corazón
Lo que más duele es ver a los jugadores guatemaltecos sin corazón, sin pasión y sin orgullo por representar a su país. No hubo lucha, no hubo garra, no hubo entrega. Fue un partido sin alma, sin vida. Los jugadores parecían estar cumpliendo con una obligación y no haciendo algo que les agradara con pasión.
La realidad del cuerpo técnico
El cuerpo técnico dirigido por Luis Fernando Tena enfrenta un desafío casi imposible: enseñar a jugar futbol a jugadores que parecen no saber marcar, no saber hacer transiciones y menos anotar goles. A estas alturas, no se trata de hacer magia, se trata de trabajar con lo que se tiene y aprovechar al máximo las habilidades de los jugadores. Sin embargo, la falta de liderazgo y la incapacidad para imponer autoridad en el campo son evidentes. Los jugadores parecen no respetar las indicaciones del cuerpo técnico y esto se refleja en su desempeño en el campo.
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Un futuro incierto
A tres escasos meses para la eliminatoria mundialista, que se jugará en septiembre, octubre y noviembre, la situación se vuelve cada vez más crítica. Dado que los 3 grandes serán anfitriones del Mundial de Futbol, la competencia por los pocos cupos disponibles será feroz. Si la selección de Guatemala no muestra un cambio drástico en su juego y actitud, es probable que pierda su única oportunidad de asistir a un Mundial. La eliminatoria mundialista es la última oportunidad para que Guatemala demuestre su valía y luche por un cupo en el torneo más importante del futbol internacional.

Un llamado de atención
¡Atención, jugadores y cuerpo técnico! Es hora de que se den cuenta de que no están jugando solo por sí mismos, sino por un país que los apoya y los sigue con pasión. Es hora de que muestren vergüenza y dignidad por la camiseta que llevan. Es hora de que se esfuercen por hacer las cosas bien, por luchar por cada balón, por cada oportunidad.
La revancha es ahora
El lunes 16 de junio, Guatemala se enfrentará nuevamente a Jamaica en la Copa de Oro 2025. ¿Podrán nuestros jugadores demostrar un cambio de actitud y de juego? ¿Podrán mostrar la garra y la pasión que se espera de ellos? El aficionado guatemalteco está esperando respuestas, está esperando ver un equipo que se esfuerce, que luche y que represente con orgullo a su país.

¡Guatemala, despierta! La esperanza de un pueblo
El aficionado guatemalteco, que día a día lucha por superar los desafíos de la vida, merece más que un equipo que se rinda sin luchar. Merecemos un equipo que nos dé esperanza, que nos dé fe y que nos dé alegría. Un equipo que nos haga sentirnos orgullosos de ser guatemaltecos. La Copa de Oro y la eliminatoria mundialista son más que simples torneos, son la oportunidad para que Guatemala demuestre su valía y su pasión por el futbol. ¡Guatemala, despierta! ¡Es hora de exigir más de nuestros jugadores y de nuestro cuerpo técnico! ¡Es hora de que se sientan orgullosos de representar a Guatemala y de darle a nuestro pueblo la alegría que tanto necesita!
“¡Por Guatemala y por su pueblo!”
