Hace 17 días Adriana Ruano Oliva pasó a la historia del deporte guatemalteco al ganar la medalla de oro en el foso de los Juegos Olímpicos de París 2024. La tiradora dejó la gimnasia de joven debido a una lesión para empuñar la escopeta y apuntar al olimpo. Este miércoles volvió al territorio y fue recibida como se merece en una caravana que recorrió la ciudad capital lluviosa que no fue impedimento para la alegría y el orgullo de cientos que salieron a felicitarla.
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Durante su primera conferencia, luego de tres horas de recorrido en la caravana, dijo estar muy agradecida por el recibimiento. “Gracias por ser una inspiración”, dijo acompañada de Jean Pierre Brol, quien logró el bronce también el tiro con arma de caza.
“Fue toda una aventura de París. Estoy muy contenta de que todos los atletas nos reunimos. Hay muchos atletas que para mí han sido inspiración. Quiero recalcar que tuvimos el honor de portar la bandera en el cierre del evento”, se refirió Ruano Oliva.
La atleta estuvo serena y sonriente. Recalcó a su papá Luis Fernando Ruano Aceituno que falleció un mes antes de la primera olimpiada que participó Adriana, en Tokio 2020. “Me imaginaba a mi papá, Vamos Nica, tú puedes. Le digo que gracias por la educación que me dio mi papá con nuestro valores y de la mano de Dios. Le digo a mi papá: ‘Misión cumplida’ y espero que esté orgulloso de mí”.
Al pueblo
“Estoy muy agradecida con todos y de la gran cantidad de gente que se ha unido para ver esta delegación”, dijo Adriana con la medalla de oro en el pecho que logró en la Ciudad de la Luz.
En cuanto a los niños, Adriana se refirió al apoyo de los padres a sus hijos. “Para mí los padres me apoyaron siempre”. Es importante que crean en los sueños de sus hijos y apoyarlos, se refirió para que el deporte en los más pequeños sea inculcado. “Siempre van a haber obstáculos y que esos obstáculos no los desanimen, busquen sus sueños”.
Adriana luego de haber ganado el metal dorado participó como voluntaria en París y en el cierre del evento, el 11 de agosto, portó la Bandera Nacional. Luego, viajó al Vaticano y el papa Francisco le bendijo la medalla.
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“Desde que rompí el último disco han sido días de muchos compromisos, en mi mente antes, durante y después no hay nada más que agradecimiento por todos los que estuvieron rezando por mí”, dijo la campeona olímpica.
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